En 1986 se llevó a cabo una reestructuración del Fútbol Argentino (un tanto similar a la que comenzará mañana) y Almirante Brown debía ascender para volver a la categoría que merecía estar, la flamante B Nacional. Y lo hizo. Hace 27 años, el Mirasol derrotaba a Villa Dálmine, rival de mañana, y nos dio pie para recordar esas históricas finales ante el equipo de Campana. Incluye imágenes y video.
¿Cómo llegó? Almirante Brown había quedado segundo a un punto de Quilmes que ascendió directamente y, gracias a esto, clasificó al Zonal Sureste. Allí, el equipo dirigido por Roberto "Vasco" Iturrieta tuvo que enfrentar en los cuartos de final a Colegiales de San Luis a quien venció en Casanova por 3 a 2 por penales en tierras puntanas. En semifinales, ante Grupo Universitario de Tandil, igualó en uno en el Fragata Presidente Sarmiento y venció 3 a 1 de visitante.
El primer partido se jugó en el Coliseo de Campana. Aquel 13 de junio de 1987 y Almirante Brown debía ganar para llegar tranquilo al partido en Casanova. "Sabemos que el partido a ganar es este porque nos cuesta más de local", decía Carlos Guerrero quien fue muy importante en las finales y, en una época donde no había cláusulas, todavía era jugador de Dálmine quien lo había dado a préstamo al club mirasol.
Rápidamente, Almirante Brown se puso ventaja con gol de Raúl Celín y aumentó con un gran tanto de Marcelo Rufini. Hector Scotta, a los 11 del segundo tiempo, le puso suspenso al partido pero, nuevamente, Rufini marcaba y le daba la victoria, importantísima victoria, al equipo mirasol.
La revancha se llevó a cabo en el Fragata Presidente Sarmiento. Ante una multitud que llegó hasta Isidro Casanova para ver a su equipo campeón, Almirante Brown salió a la cancha con la confianza propia de un equipo campeón. El 21 de junio de 1987 quedó en la historia de la institución por un nuevo ascenso.
La tranquilidad recién llegó a los 53 minutos cuando Sergio "Rita" Seguel tocaba la pelota ante la salida del arquero Salvaggio y desataba la locura. El "Dale campeón" y "Desde La Matanza sale el nuevo campeón" bajaba desde la colmada tribuna de cemento y la de tablones. Era todo felicidad en Almirante Brown. "Esto es para toda la gente, especialmente para ese grupo que nos acompañó a todos lados y estuvo siempre con nosotros. Por eso la vuelta olímpica queríamos darla con ellos que esperaron veintidós años", comentaba Tatú Sequeira, pieza fundamental del equipo.
ALMIRANTE BROWN ASCENDIÓ, publicaban los diarios de la época y la emoción era de todos. Theiler, arquero mirasol, no podía ocultar su alegría: "Esto es lo más lindo que puede vivir un jugador. Dar la vuelta olímpica, jugar de local ante tu público, me llena de gozo".
El premio que recibió el plantel de Almirante Brown fue de 40.000 australes y, para llegar a esa cifra, la Comisión Directiva cobró adicionales a socios, pusieron a la venta bonos contribución a 10 australes y organizaron una "Fiesta de los campeones". La revista Sólo Fútbol dijo lo siguiente de la hinchada: "Banderas. Al por mayor hizo ostentación la gente de Almirante Brown. La más importante, una de 80 metros que cubría casi todo el ancho del sector lateral de la tribuna".
"Este es el triunfo del sacrificio", cerró el Vasco Iturrieta, entrenador de Almiranet Brown. Así lo fue.
RESUMEN DE LOS PARTIDOS
Para todos aquellos que lo vivieron y los otros que quieran verlo por primera vez, les traemos el video de los dos partidos de las finales. Primero, el emocionante partido en Campana y la alocada vuelta olímpica. Luego, la victoria en Isidro Casanova y los festejos de ascenso.
Algunos se emocionarán, otros recordarán. Los que vivieron esas finales, se llenarán la cabeza de recuerdos. Los que no las vivieron, se asombrarán con las imágenes de la gente que seguía al equipo. Almirante Brown es todo ese cúmulo de cosas. Ante todo, emoción. Orgullo de pueblo, garra y corazón.
Algunos se emocionarán, otros recordarán. Los que vivieron esas finales, se llenarán la cabeza de recuerdos. Los que no las vivieron, se asombrarán con las imágenes de la gente que seguía al equipo. Almirante Brown es todo ese cúmulo de cosas. Ante todo, emoción. Orgullo de pueblo, garra y corazón.